LAS REGLAS DEL "TAO"

Principios Básicos de las disciplinas Taoístas

El respeto y custodia de la Gran Naturaleza.

La No violencia como objetivo.

La serenidad y armonía como método.

El desarrollo interior y espiritual del hombre.

El desarrollo de una existencia con vitalidad y plenitud.
El adepto al taoísmo tiene con fin principal llegar a un encuentro con el Tao, a través de comprender la sintonía que establece  con la realidad, a la cual llama Naturaleza.

Percibe a esta realidad en dos ámbitos definidos: uno superficial y otro más profundo. Este último es rector y guía del anterior, habitualmente es llamado interno.

La realidad o Naturaleza es concebida por el Taoísmo como Transformadora y transformante, o sea básicamente en movimiento. Este movimiento logra su plenitud al mantener la armonía, que es básicamente un equilibrio de los distintos matices que produce todo aquello que está en movimiento. Dichos matices son conocidos como Yin y como Yang, siendo nuestra concepción (así como la de toda escuela tradicional taoísta) que dichos aspectos de lo que se halla en el Universo fundamentalmente complementarios y no opuestos o antagónicos.

Esto descarta toda concepción de rigidez (tipo masculino-femenino, bien-mal, positivo-negativo, etc...) que se le otorga a la idea de Yin-Yang, siempre y cuando estemos hablando de taoísmo.

Este movimiento básico (denominado T'ai Chi) con matices Yin-Yang genera constantemente los componentes del Universo, esencialmente por medio de su energía, el Ch'i (que este aspecto primordial algunas Escuelas la denominan Ch'i Shen Li o Ch'ing Ch'i). Sus concreciones son múltiples, por eso eran denominadas poéticamente como diez mil seres. De cualquier forma se puede observar sus Cinco características comunes, conocidas como Wu Hsing, que permiten estudiar su comportamiento concreto. Las posibilidades que el tiempo va poniendo a prueba cuando los seres llevan a cabo con sus movimientos individuales son estudiadas por las reglas de las Ocho posibilidades  (Pa Kua), que pueden llegar combinadamente hasta sesenta y cuatro posibilidades.

Esta burda simplificación del proceso de la naturaleza puede servir para entender que el Taoísta siente la necesidad de una segunda etapa de su desarrollo que es regresar a la fuente. Esto implica el trabajo directo sobre su espíritu o Shen para lograr un estado de sincronización imperecedero con el Tao


Esta preparación que abarca al individuo entero estima la creación de ejercicios o disciplinas que permitan un acondicionamiento de la persona. La Caligrafía, la Pintura paisajística, La Música instrumental, El T'ui Na, las artesanías, Y el T'ai Chi Ch'uan, pueden ser entre otras herramientas utilizables para lograr un estado efectivo de perceptibilidad interior de esta naturaleza Universal, cuyo sentido inaprensible denominamos arbitrariamente Tao

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